Los seis indicadores básicos del financiamiento de la salud utilizados por el GFF permiten monitorear las variaciones en el presupuesto y los gastos de un país centrándose en el gasto en salud, con el propósito de hacer un seguimiento del impacto que se prevé lograr mediante el aumento del volumen total y el valor del financiamiento asignado a la salud y la nutrición. La alianza del GFF respalda reformas del financiamiento a través de iniciativas con los ministerios de finanzas y de salud orientadas a fortalecer la movilización de recursos internos, así como la eficiencia distributiva y técnica. Estos indicadores se monitorean a través de fuentes de datos específicas de cada país, como la herramienta BOOST, las cuentas nacionales de salud y los informes presupuestarios. Los datos sobre el gasto se supervisan utilizando la base de datos sobre el gasto mundial en salud, para la que se dispone de datos hasta finales de 2018. A través de la medición de los presupuestos y los gastos, la alianza del GFF procura acelerar el aumento de las intervenciones que tienen un alto impacto, son eficaces en función de los costos, son asequibles y brindan la posibilidad de acelerar los avances en materia de cobertura sanitaria universal y en la consecución de las metas de los ODS.

El mapeo de recursos es un componente clave del enfoque del GFF. Este ejercicio ayuda a los países a evaluar los déficits de financiación, alinear los recursos de donantes y gobiernos y mejorar la eficiencia y la equidad del gasto sanitario. Los datos del mapeo de recursos para cada país varían en función de si los países han completado uno o más ejercicios de mapeo de recursos.

Guatemala no depende de la financiación externa, con menos del 2% de la financiación total del sector sanitario procedente de fuentes externas. La Secretaría Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN), que supervisa la implementación del Caso de Inversión, finalizó un ejercicio de cálculo de costos para estimar los costos totales de su implementación en 2021.

El país está atravesando actualmente un proceso electoral y un periodo de transición gubernamental inherente, y se espera que a principios de 2024 se presente una estrategia revisada en materia de salud y nutrición (caso de inversión).

El GFF centrará sus esfuerzos en el diálogo político con la nueva administración, de modo que la nueva estrategia y el plan respectivo incluyan una priorización presupuestada a través de una actividad de mapeo de recursos que describa los recursos disponibles en relación con los costes previstos, y que apoye la planificación, la posible redefinición de prioridades y la movilización de recursos para cualquier actividad incluida que se demuestre que no está financiada.

En el modelo lógico del GFF se destacan los principales elementos de un proceso impulsado por el país y cofinanciado por el GFF que contribuyen al impacto que, con el tiempo, se prevé lograr a través de la mejora de los resultados en materia de nutrición y salud reproductiva, materna, neonatal, infantil y adolescente. El GFF ha elaborado un conjunto básico de indicadores para monitorear la implementación de su enfoque, que en el modelo se consideran insumos y actividades, y que subrayan la importancia de la priorización y la alineación para aprovechar las eficiencias a efectos de mejorar la transparencia y la rendición de cuentas, así como los resultados de salud. El monitoreo del proceso incluye el seguimiento de la elaboración del proyecto de inversión, la participación de las partes interesadas nacionales, el financiamiento de la salud y la inclusión de enfoques de género y equidad.